martes, junio 30, 2009
domingo, junio 28, 2009
miércoles, junio 24, 2009
Agrigento
Agrigento.
En el atardecer de un día de Septiembre
desde las ventanas del Hotel Colleverde:
Pinos solitarios,
el campo de olivos sarracenos,
el horizonte curvo del mar africano,
brillando como la estela de las antiguas naves,
el silencioso y vasto espacio
que nos ve vagar en dulce y extraviado rapto.
Y más allá la hondura del abismo,
el desierto surcando las urbes bajo rayos de plata.
Nuestras pisadas trocean – todavía más-
las escasas piedras.
Y el polvo que levantan son como cenizas aventadas.
El día yo revoloteaba como una luciérnaga,
mientras el disco solar incendiado
comenzó a rodar veloz en este valle
como por el pasillo pulido de una bolera.
Y entonces las columnas de los templos
al pasar entre sus hileras se estremecieron.
¡Oh techumbre desmoronada del palacio de la noche!
César Antonio Molina, Las ruinas del mundomartes, junio 23, 2009
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