Plegarse
a la luz.
La flexibilidad,
secreto convencido, abre la transparencia:
un vidrio ileso,
la luz verde que cruza, divide sombrasoles,
y aún estando aquí,
iluminado cuerpo
intacto.
Los que ataron las vendas
al majuelo conocen el vino de la Diosa,
bandas púrpura, blancas…
al arce, al tilo, dejan
certezas que conocen el vino de la Diosa,
y en cada movimiento
la transparencia oculta
este secreto, esta ebriedad, esta ciudadela.
No es suficiente estar
aquí.
Se sucede una pérdida, plegarse a la luz verde
Y, si el látigo silba,
cimbrearse siguiendo
su sonido
y que las vendas vuelen sin aflojar el nudo
del enigma
y el vino derramado
sobre un cuerpo,
tan verde...
XVII El Jardín de Artemisa, María Antonia Ricas
18 comentarios:
Magnífica la obra...precioso el poema.
Un fuerte abrazo.
Enrique.
Brillante!!
Luces impresionantes. Muy buena
saludos.susana
Me ha gustado mucho la forma de oponer ese primer plano oscuro y frío con esos tonos cálidos e iluminados.
Precioso Jose Antonio.
No tengo palabras...
Nada
Stupenda la luce che illumina la statua. Fai sempre delle gran belle cose. Elvi
Para perderse sin dejar rastro...
Nada tan bello!
Me inclino maestro.
MaLena.
Muchísimas gracias Enrique.
Un fuerte abrazo
Muchas gracias Susana, muy amable.
Un cordial saludo.
Noemí, muchas gracias, es otra versión de un trabajo que hice hace tiempo, es el jardin de la Escuela de Artes de Toledo.
Un saludo
Isabel, muchas gracias
Nada! muchas gracias!
He visto de nuevo a tu conocido, ya te contaré.
Un beso
Cara Elvi, grazie!
Pues si Madame...
Un beso y muchas gracias
Muchas gracias Malena, me alegra que te guste.
Un beso
Ahhhhhhhhhhhh,, muchas gracias, amigo, por lo del poema, y la elección de la acuarela, tan acertada..
Muchas gracias a ti Maria Antonia!
Un beso
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