domingo, septiembre 22, 2013

Mariano Serrano

En la Biblioteca de Castilla-La Mancha en el Alcázar ha expuesto el artista toledano José Antonio G. Villarrubia, diez y seis acuarelas de gran formato, todas de paisajes, rincones y monumentos de Toledo, inagotable en motivos pintorescos de donde tantos pintores se han inspirado, desde nuestro Greco hasta todos los que han pasado y admirado nuestra ciudad. Cada uno interpretó a Toledo captando sus innumerables perspectivas con las diferentes composiciones de su propia identidad.
G. Villarrubia nos muestra con su personalísima óptica un concepto nuevo y distinto de ver Toledo. Torreones almenados, puertas encastilladas, murallones guarnecidos de minúsculas saeteras que conforman el paisaje de una ciudad baluarte. En sus acuarelas de diferentes tonos, donde el color se armoniza un una sola gama, los volúmenes, las sombras y las luces son los protagonistas que estructuran las diferentes composiciones. Hay que haber nacido y vivido en Toledo, para conocer esas mañanas nebulosas en las que un velo de luz matiza los perfiles de las edificaciones, cuando el sol pugna con la niebla que sube del Tajo para iluminar la ciudad.
Porque esos son los momentos que Villarrubia ha captado en sus cuadros. Cada espacio de Toledo que el pintor refleja en sus obras, son ensoñaciones de los infinitos y mágicos aspectos de la Ciudad. Desde el Valle, San Jerónimo, el cerro del Bu, la piedra del Rey Moro, Santa María de la Cabeza, en fin, afortunados descubrimientos que sólo un toledano es capaz de imaginar.
Con motivo de la exposición «Fleurs», de este acuarelista, dedicada a las flores, me sorprendió y significaba, entonces, la «atmósfera» que rodea a sus composiciones con ese estilo tan peculiar que identifica al artista con solo ver su obra. Característica, esta, que determina la personalidad del autor y que está presente en todos los cuadros de la muestra del Alcázar. Villarrubia ha bebido en las fuentes del gran acuarelista Pedro Cano y, como buen alumno, ha asimilado su técnica, pero enriqueciendo su propia identidad y creando un estilo muy personal, alejado de la acuarela convencional, y que parece haber sido concebido para pintar a Toledo: sus puertas, murallas, torres y puentes, convertidos por los pinceles del artista en un ensueño para el espectador. Es muy interesante y merece la pena ver la obra de José Antonio G. Villarrubia, un gran acuarelista toledano.
Mariano Serrano Pintado
Texto publicado en ABC Toledo hoy Domingo 22 de Septiembre de 2.013

No hay comentarios:

Archivo del blog